Inicio Deportes hoy Fútbol Sanciones por transmisiones ilegales de LaLiga

Sanciones por transmisiones ilegales de LaLiga

28
0

La reciente decisión de un tribunal español de imponer sanciones económicas a bares que retransmiten partidos de LaLiga sin tener los derechos de transmisión ha captado la atención de todo el país en los últimos días, convirtiéndose en una noticia viral tanto en el ámbito deportivo como en el jurídico a fecha de hoy, 25 de marzo de 2025. Este fallo no solo refuerza la protección de la propiedad intelectual en el deporte, sino que también destaca los esfuerzos de LaLiga para luchar contra la piratería audiovisual. Sin embargo, ha generado un intenso debate sobre sus repercusiones económicas y sociales, especialmente para los pequeños negocios de hostelería que están tratando de recuperarse tras la pandemia y enfrentan un aumento en los costos operativos.

Detalles del fallo judicial

El caso más reciente se originó en un juzgado de Cambados, Pontevedra, donde el 18 de marzo de 2025, dos dueños de bares fueron condenados por transmitir partidos de fútbol de LaLiga de manera ilegal. Según la información que se ha dado a conocer, ambos admitieron haber utilizado señales no autorizadas para mostrar los partidos en sus locales. La sentencia incluyó multas de 90 euros para cada uno, además de indemnizaciones a LaLiga de 255,73 euros y 705,89 euros, respectivamente, por daños y perjuicios debido al uso indebido de los derechos audiovisuales. Estas cifras reflejan el impacto económico que se estima por la explotación no autorizada de las transmisiones, calculadas en base a lo que los bares habrían pagado legalmente.

Este caso no es aislado. El mismo juzgado tiene en curso otros diez procedimientos similares, lo que sugiere una ofensiva coordinada contra la piratería en la región. Además, a nivel nacional, LaLiga ha intensificado sus inspecciones, con más de 1.700 bares sancionados en la temporada 2023-2024 y otros 15.000 establecimientos identificados para posibles denuncias, según datos oficiales de la organización. En términos económicos, las sanciones suelen variar: multas penales leves pueden oscilar entre 720 y 2.000 euros, mientras que las indemnizaciones civiles, como las de Cambados, dependen del alcance de la infracción y el lucro cesante estimado.

Contexto legal y antecedentes


El fallo se alinea con la doctrina del Tribunal Supremo español, que se ha establecido en sentencias como la del 2 de junio de 2022 (546/2022). En esta sentencia, se determinó que emitir partidos sin la debida autorización es un delito leve contra el mercado y los consumidores (artículo 286.4 del Código Penal), lo que conlleva multas, pero no se considera un delito contra la propiedad intelectual que implique penas de prisión, ya que los eventos deportivos no se clasifican como «obras literarias, artísticas o científicas». Esta distinción ha permitido a LaLiga actuar contra los infractores mediante sanciones económicas y demandas civiles, evitando así procesos penales más complicados, pero asegurando compensaciones por el daño a sus derechos exclusivos.

LaLiga, que se encarga de gestionar los derechos audiovisuales de la Primera y Segunda División, estima que la piratería le cuesta al fútbol profesional español entre 600 y 700 millones de euros al año. Para hacer frente a este problema, cuenta con un equipo de 60 verificadores distribuidos por todo el país y utiliza tecnologías avanzadas, como el rastreo de señales ilícitas y aplicaciones móviles para detectar emisiones fraudulentas en bares. Esta práctica fue respaldada en 2024 por el Tribunal Supremo, que anuló una sanción previa a LaLiga por cuestiones de protección de datos.

Análisis: Reacciones y consecuencias


El fallo ha provocado reacciones encontradas. Por un lado, LaLiga y los operadores legales, como Telefónica (Movistar+) y DAZN, que invierten millones en los derechos de transmisión (1.290 millones de euros hasta 2027 solo por parte de Telefónica), ven esta medida como un avance hacia la protección de un mercado audiovisual que vale miles de millones. Javier Tebas, presidente de LaLiga, ha defendido estas acciones diciendo que «el 86% de los procedimientos judiciales terminan en sentencias condenatorias», lo que refuerza su estrategia contra la piratería.

Sin embargo, las críticas no han tardado en llegar, especialmente desde el sector de la hostelería. Los pequeños bares, que enfrentan cuotas mensuales de entre 200 y 400 euros para emitir legalmente los partidos (dependiendo del tamaño y la ubicación del local), consideran que las sanciones son desproporcionadas. En lugares como Medina del Campo o en barrios de ciudades medianas, donde la afluencia no siempre justifica el gasto, muchos hosteleros optan por señales piratas como una alternativa viable. «Para que me compense, tienen que venir 30 personas a ver los partidos, y eso solo pasa con los grandes», comentaba un empresario en un reportaje de Infobae en 2024, reflejando una realidad que choca con las exigencias legales.

Economistas y asociaciones de autónomos, como la Mesa del Turismo, han advertido que estas sanciones podrían empeorar la situación de un sector ya golpeado por la inflación y la competencia de plataformas digitales. Por otro lado, expertos legales argumentan que proteger la propiedad intelectual es crucial para mantener la economía del fútbol, que tiene un impacto del 1,44% en el PIB español (alrededor de 18.000 millones de euros en la temporada 2021-2022, según Msanchez.es).

Impacto económico y social

Las sanciones económicas, aunque son moderadas en casos como el de Cambados (con un total de 345,73 y 795,89 euros por bar), pueden acumularse junto con multas recurrentes y gastos legales, lo que pone en riesgo la viabilidad de pequeños negocios. En situaciones de sanciones más severas, como las impuestas a vendedores de decodificadores fraudulentos en 2024 (que pueden llegar hasta 20.000 euros y penas de cárcel de seis meses a un año), el mensaje disuasorio es bastante claro, pero su impacto en el sector de la hostelería genera tensiones. Para LaLiga, cada bar sancionado es una victoria simbólica, pero el reto sigue siendo grande: en 2017, el 48% de los 105.000 bares que transmitían fútbol lo hacían de manera ilegal; hoy, esa cifra ha disminuido al 33% (entre 25.000 y 30.000), pero sigue siendo un número considerable.

Perspectivas futuras


Este fallo podría marcar un antes y un después en cómo se manejan las inspecciones y sanciones a partir de 2025, especialmente con la llegada de nuevos contratos de derechos audiovisuales que Telefónica ha conseguido desde enero de 2025 hasta la temporada 2026-2027. Sin embargo, también abre la puerta a un debate sobre otras opciones: algunos sugieren tarifas más accesibles para los pequeños hosteleros o campañas de concienciación en lugar de imponer sanciones. Mientras tanto, la división entre quienes ven el fútbol como un negocio que debe ser protegido y quienes lo consideran un bien cultural al que todos deberían tener acceso seguirá siendo un tema candente en España.

En resumen, aunque las multas pueden parecer pequeñas en casos individuales (90 euros de multa más indemnizaciones que pueden llegar a cientos de euros), representan una lucha más amplia por el control de los derechos deportivos, con consecuencias que van más allá de lo económico y tocan la esencia social de un país donde el fútbol es parte de la vida diaria.